domingo, 12 de abril de 2009

LA GRANADA ROMANA (ILÍBERIS). RECOPILACIÓN DE TEXTOS POR CAROLINA MOLINA.

FRAGMENTOS DE TEXTOS REFERIDOS A ILIBERRI.

CULTURA Y PICARESCA EN LA GRANADA DE LA ILUSTRACION.
Manuel Sotomayor.

Las excavaciones principales de Flores tuvieron lugar en lo que hoy día es el carmen de la Concepción. No cabe duda, pues, de que ese carmen ocupa en la actualidad lo que en otra época fue el núcleo central de la Granada antigua. Dentro del carmen es difícil definir el lugar exacto en que aparecieron restos arquitectónicos tan importantes. Las descripciones de la época hablan siempre de la calle María la Miel (en su parte que actualmente se llama Placeta de las Minas) y la calle del Tesoro, calle esta última que hacía ángulo recto con la anterior y que ha desaparecido al quedar incorporada al citado carmen. Parece ser que el corte principal de Flores, donde aparecieron el pavimento, el pórtico y las inscripciones, debió de estar prácticamente en la confluencia de ambas calles y con toda seguridad junto a la del Tesoro y en parte por debajo de ella. Si así fue, el posible foro habría que localizarlo detrás de la casa actualmente incluida en el carmen, que tiene salida a la Placeta de las Minas, enfrente del callejón de las Campanas. Si el lugar del hallazgo correspondiese -lo que no creo probable- a la zona que en el plano de Granada de Dalmau (año 1796) se denomina significativamente "Vistillas de las excavaciones", entonces el foro habría que situarlo, al menos en parte, debajo de la actual casa principal del carmen de la Concepción ... .




EL ALBAICÍN Y LOS ORÍGENES DE LA CIUDAD DE GRANADA.
Mercedes Roca Roumens y otros.

La posibilidad, sólo abierta en 1982, de realizar nuevas excavaciones sistemáticas en esta zona, clave para el conocimiento de la antigua Granada, ofrecía un interés obvio, máxime cuando dichos trabajos tenían por escenario un solar vecino a la antigua Huerta de Lopera, actualmente Carmen de la Concepción, donde, de acuerdo con los datos aportados por Gómez Moreno y por las recientes investigaciones de Sotomayor, había tenido lugar el descubrimiento del Foro de la ciudad romana de Granada.
Los trabajos de excavación se han realizado en el llamado Carmen de la Muralla, separado sólo del Carmen de la Concepción por la calle del Aljibe de la Gitana, concretamente en un solar propiedad del Excmo. Ayuntamiento, limitado al Norte por las murallas árabes del siglo XI, a partir del Arco de las Pesas hacia el Oeste, al Este por la Placeta de las Minas y al Sur por la citada calle del Aljibe de la Gitana.
Dos campañas de excavación se han realizado hasta el momento en este lugar. La primera de ellas, dirigida por M. Sotomayor, en noviembre de 1983-febrero de 1984, habiendo sido ya objeto de publicación detallada. La segunda, objeto del presente trabajo, entre los días 9 de septiembre y 13 de diciembre de 1985. Han colaborado en esta segunda campaña, aparte de los firmantes, Isabel Fernández García, becaria de investigación, y Beatriz Risueño Olarte, Alicia Gómez Martín, Antonio Burgos Juárez, María Raya de Cárdenas, Félix García Mora, Cristóbal Pérez Barea, Fernando Villada Paredes, Alfonso Higueras Gutiérrez y Antonio Buendía, alumnos de Licenciatura, adscritos todos ellos al Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada.


GRANADA ARQUEOLÓGICA:
Ángel Rodríguez Aguilera.

En el encorsetado recinto de la Iliberri ibérica era difícil establecer todos estos elementos propiamente romanos y hasta el momento sólo tenemos dudosas referencias de la posible ubicación del foro, dentro del actual Carmen de la Concepción, excavado por Juan de Flores y según la descripción que tenemos del mismo, todo nos indica que la parte que se excavó tenía una superficie aproximada de 485 metros cuadrados en forma de plaza, orientada de este a oeste, pavimentado con losa de mármol de Sierra Elvira y un muro orientado de Norte a Sur en el que se abría una portada del mismo material, con restos de columnas ; basas áticas asociadas a una escalinata de doce gradas que probablemente conducirían al templo o a la basílica . Estos restos se ubicaban en el inicio de la calle del Tesoro, actualmente desparecida, pero que vendría a coincidir con la prolongación del callejón de las Campanas en su confluencia con la calle María la Miel, en la esquina sureste del carmen de la Concepción. El problema es que en 1997 se realizó una excavación arqueológica justo en este sitio y no sólo no aparecieron restos del foro, sino que además la primera ocupación humana documentada sobre la misma roca era una casa del siglo XVII. En este caso, o bien el foro escrito fue otra falsificación de Flores o se encuentra más hacia el interior del carmen.
La ubicación del foro es un asunto que ha traído de cabeza a los arqueólogos y por ahora los problemas que plantea su existencia y su ubicación no están resueltos, aunque deberían existir otros elementos raramente reconocidos como romanos, como por ejemplo, la trama urbana ortogonal en la que la calle María la Miel ha sido interpretada por unos como eje viario fundamental de la ciudad romana.

MONUMENTOS ROMANOS Y VISIGÓTICOS DE LA PROVINCIA DE GRANADA.
Manuel Gómez-Moreno Martínez.
“Lo descubierto era un edificio público romano de gran amplitud y no mezquina fábrica, donde espaciábase a cielo descubierto un área enlosada de mármol, y sobre ella se distribuían estatuas con sus pedestales, que consignaban dedicaciones por el Municipio de lliberri en honor de emperadores y patricios ilustres. Era, pues, el foro de la ciudad, y, efectivamente, un fragmento de dintel allí desenterrado contiene estas palabras,en elegantes caracteres del siglo II:...FORIET BASILICAE... BAECLIS ET POSTIBUS...Inscripción que, aproximadamente, hubo de repetirse en otro dintel, cuyo largo alcanza 1,17m., llevado a la Alhambra, donde se conserva, pero retalladas sus letras, que al parecer decían: SERGIUS PERSIUS OB HONOREM VI VIRATUS FORI ET BASILICAE III UCILIS (?) ET TRIBAECLIS ET POSTIBUS PECUNIA SUA EXORNATA DEDIT...
La solería del foro era de mármol gris, de Sierra Elvira, en grandes piezas con buen orden; su límite oriental caía bajo una cortadura del terreno, formada para allanar la plaza, y se salvaba mediante una escalera de trece peldaños entre muros de piedra arenisca, que arrancaban de un pequeño zaguán con entrada desde el foro, provista de clásica decoración por ambos lados, compuesta de medias columnas y pilastras sobre altos pedestales y dos escalones, todo ello del mismo mármol. Cerrábala una puerta, cuyos quicios de bronce aún estaban en su sitio; y de los pedestales, que dibujó a gran escala Saravia, se han podido reconocer trozos de su cornisa y plinto subsistentes en el lugar mismo, hoy Huerto de Lopera, contiguo a la placeta de las Minas. A la derecha de la misma puerta corrían dos grandes basamentos moldurados, análogos a los que se ven en otros foros, y la parte contraria, en alto, había un aposentillo, de 3,40 por 2,0 m., con solería y enchapaduras de mármol blanco, que se cerraba con una reja, fija en su escalón de entrada. Esta parte sobresalía con otros dos escalones respecto del foro, corriendo de oriente a poniente, y por allí había caídos trozos degustes de caliza basta, estriados desde cierta altura y estucados, cuyo diámetro pasaba de sesenta centímetros. Muchos más restos de columnas y cornisas de diversos mármoles aparecieron; además, capiteles, especialmente unos como dóricos con doble bocelón y sin ábaco, que fueron también dibujados. A la parte contraria, sobre las losas, había zócalos de pedestales, redondos o cuadrados, para base de monumentos conmemorativos, pues allí estaban las inscripciones y estatuas de mármol, con dedicatorias del Municipio Iliberritano, como va dicho. Algunos muros se componían de sillares de arenisca puestos a soga y tizón, según aparejo usual en lo granadino vetusto. Además de los sillares, lajas de arenisca, losas gastadas por el piso y moldurajes, que forman paredes en el susodicho huerto, quedaron trozos de estatuas, recogidos ya en aquel Museo.”

“El primer descubrimiento de vestigios romanos de que se tiene noticia verificase en 1540, en una casa situada cerca del aljibe del Rey. Allí se desenterró un cipo cilíndrico de mármol pardo de las canteras de la Sierra del Elvira, que fue trasladado en 1600, por instancia del historiador granadino Bermúdez de Pedraza a la casa del Cabildo de la Ciudad, colocándose frente a su puerta, arrimado a la pared de la sacristía de la Capilla Real. En 1869 recogióse de aquel lugar para depositarlo en el museo arqueológico de esta ciudad donde se halla. “
(Su epígrafe dice así Furiae Sabiniae Tranqullinae erigió este monumento a costa pública por decreto de los decuriones)

“Con este pedestal (el de arriba) se encontró una cabeza mugeril de mármol blanco con el rostro pintado, que probablemente perteneciera a la estatua de la emperatriz, que debió estar colocada sobre el cipo. Si este se conservó, gracias al laudable celo de Pedraza, no alcanzó la misma suerte la estatua, pues quedó abandonada en la casa en que se hallara, donde le horadaron la boca, utilizándola para surtidor de agua en un pilar, según refiere el mismo Pedraza”.

“Al demoler en 1621 una casa junto al aljibe del Rey, excavaron sus cimientos, en busca del tesoro que le había dado nombre y hallaron grandes vestigios de antiguas construcciones: columnas y basas de mármol negro, grandes losas, una de las cuales sirvió de pie para la cruz de la cercana placeta de San Nicolás y se decía que habían visto una “pila bautismal”; también se hallaron muchas monedas de cobre y plata romanas de la República y del alto Imperio, y una que se creía ser de Mérida.”
Además se descubrieron dos mármoles con trozos de inscripciones latinas, que eran: parte del dintel de una puerta de mármol blanco de Illora, que por largo tiempo estuvo sirviendo de escalón en la casa de Pedro Bocanegra, inmediata al aljibe del Rey, hasta que en 1758 la recogido Flores para reunirla a las piedras sacadas de las excavaciones que por entonces dirigía; después pasó a la Chancillería y en 1869 fue llevada al Museo. Sólo contiene la parte de la derecha de una inscripción que dice así: FORI ET BASILICAE …BAECLIS ET POSTIBVS.
Sus elegantísimos caracteres parecen de principios del siglo III. Admitiendo que esta piedra no haya sido traída de otro paraje, puede deducirse de la primera línea de su epígrafe, que las ruinas descubiertas en la Alcazaba en distintos tiempos eran las del foro y la basílica de la ciudad romana que allí hubo.”
“En la calle del Tesoro, de que formaba parte la que hay sin salida frente al aljibe del Rey, se habían descubierto en siglos anteriores notables monumentos epigráficos y otros vestigios romanos, según es notorio, y mucho después, en 1747 dicen que al abrirse una zanja en el patio de una de sus casas, se encontró una piedra con cuatro grandes caracteres de bronce; S. P. Q. R.-que como todos saben se interpretan: Senaács populusque rornanus-la cual fué tenida por auténtica, aunque su contexto claramente descubre su falsedad; con tal motivo las gentes concurrían al paraje, y se renovaron las antiguas hablillas de tesoros escondidos, hasta que de orden superior se mandó terraplenar la zanja «para poner freno á conversaciones simples y a la ociosidad.» Al mismo tiempo corría la voz de que se habían visto resplandores nocturnos desde la Alcazaba al Sacro Monte, y misteriosas procesiones de fantasmas con luces y ornamentos sacerdotales vagando por los aires. Todo esto, y más aún el nombre del canónigo Viana autorizando tales rumores, hace sospechar que aquello era una farsa diestramente urdida á fin de preparar los ánimos al descubrimiento de las portentosas maravillas que iban á conmover por algún tiempo á España y aun á los eruditos extranjeros.
Lo cierto es que D. Juan de Flores, racionero (de la Catedral, adquirió dicha casa y emprendió en su solar excavaciones en 1754, que á seguida produjeron el hallazgo de las ruinas de un vasto edificio con interesantes vestigios romanos, nada sospechoso pero á los pocos meses, de allí mismo y de unas minas que se exploraban á su lado, comenzó á extraerse grandísima cantidad de plomos y piedras con inscripciones notoriamente apócrifas, relativas al Concilio de lliberri y á los obispos de esta ciudad, á los fingidos escritos de S. Cecilio del Sacro Monte y torre 'I'urpiana á las supuestas reliquias, y á misterios y ritos eclesiásticos de los primeros siglos, loto lo cual aparecía como escrito al tiempo del Concilio, que declaraban haberse celebrado en el edificio. descubierto; y entre ello se había cuidado de mezclar algunas inscripciones gentílicas para igualar con las pocas legitimas que se encontraban, y dar más apariencias de antigüedad á la superchería; mas ésta no podía ocultarse, pues estaban redactadas con tan gran torpeza é ignorancia de la antigüedad, y en tan caprichosa y extravagante forma escritas, que difícilmente se concibe cómo fueron acogidas por verdaderas en la ciudad, del mismo modo que las aun más estupendas del siglo XVI .
Todo esto era cosa del mismo descubridor, de Flores, que deseoso de enaltecer las glorias de su patria, y no satisfecho con la realidad, se atrevió á inventar á diestro y siniestro cuanto ocurría á su imaginación, Impulsado por otros personajes de más capacidad, pero iguales á él en laxitud de conciencia, que eran la verdadera alma de aquel enredo: fue el principal de estos el citado D. Luis Francisco de Viana, canónigo y después abad del Sacro Monte, «hombre docto, de una lección vastísima, como decía cáusticamente el P. Echeverría, pero con la flaqueza de, sacar argumentos á favor de los libros plúmbeos del Sacro Monte en cuanto leía; y en su dictamen todo escritor insigne en materias eclesiásticas anterior ó posterior al descubrimiento de dichas láminas, las aprobaba como inocentes: los unos en profecía y los otros confirmando su doctrina; llegaba á persuadirse de que Mahoma en el Alcorán había adoptado especies de aquellos libros,,; otro era U. Antonio Fernández de la Cruz, abad de la Colegiala del Salvador, que murió á los pocos años, y por último el que se encargó de defender en sus escritos lo falso a toda costa fue D. Cristóbal Conde, después nombrado canónigo de la Catedral de Málaga. Estos daban á entender embozadamente á Flores su deseo de que apareciesen en la Alcazaba monumentos en que apoyar los plomos del Monte, condenados por apócrifos desde 1682 por la Bula de Inocencio XI, y ya hemos visto como correspondió á estas pretensiones; pero sus conocimientos no le bastaban para ir adelante con su empresa, por lo cual necesitó que le instruyesen indirectamente Viana y Conde, que no rehusaron, antes al contrario llevaban siempre la conversación hacia determinados puntos, mostrándole y explicándole cuantas versiones y comentarios se habían hecho (de los libros proscritos, de los cuales tomaba notas que solía utilizar para sus invenciones. A pesar de esto incurrió en groseros anacronismos y errores, que á duras penas podían sostener sus maestros en cumplimiento de su promesa de que descubriera y leyera cuanto pudiese, que ellos defenderían lo que leyese .
Según Flores declaró más adelante, habla algunas inscripciones entre las falsas en cuya fabricación no tuvo parte, aunque eran semejantes á las suyas y encaminadas á idénticos fines; nada se insistió sobre esta declaración, pero es de creer que sabría mucho más de lo que había manifestado .
En vista del entusiasmo conque eran acogidos los primeros ensayos de falsedades, atrevióse Flores á ponerlos en conocimiento de algunos personajes de la Nación con objeto de atraérselos, y grabados de los monumentos falsos y legítimos fueron esparcidos por toda Europa. Entre tanto noticioso Carlos III de la importancia de las excavaciones, determinó que se prosiguiesen con más formalidad, nombrándose al efecto una junta en 1755 que en ellas interviniese, en la cual entraron varios distinguidos personajes, el arquitecto Sánchez Saravia, el P. Echeverría, Conde y el mismo Flores, como director de los trabajos, con lo cual prosiguió como antes siendo la única autoridad. Así continuaron durante algunos años, pero cada día aumentaba el desprestigio de los descubrimientos, pues todos los eruditos de fuera de Granada los combatían, oponiendo objeciones de tal peso, que toda la astucia y sofística palabrería de los apologistas no bastaban resolver, apelándose como único recurso á hacer desaparecer las piezas que más los comprometían; además algunos llegaron á descubrir á Flores y á sus dependientes al ocultar de noche bajo los escombros de la excavación los objetos que después habían de publicarse como verdaderamente descubiertos; otros que presenciaron la simulada extracción de ellos abrigaban sospechas de su autenticidad, y finalmente no pasaban desapercibidas para el pueblo las relaciones de Flores con sus amigos, pues corría en boca de todos esta malévola canción que nos ha trasmitido Echeverría:
«Lo que de noche sueña Viana,
encuentra Flores por la mañana» .
Por último, saciado éste con tantas mentiras, falto de dirección y de medios indispensables para seguir, por muerte de Viana que le alentaba, y de los encargados de trasladar á plomos y mármoles sus bellaquerías, y espantado también de la tormenta que se le vendría encima si la verdad llegara á publicarse, puso término tranquilamente. á las excavaciones en 1763, sin que nadie le delatase ante los tribunales sus punibles manejos, y de seguro que así permaneciera el asunto si nuevas complicaciones no hubiesen venido á descubrirlo todo .”


“Encontradas opiniones se han emitido acerca del edificio descubierto: el Sr. Hübner, vistos los planos de la Academia de la Historia, sin vacilar sostuvo su origen romano, creyendo probablemente que fuese una basílica o una schola; el Sr. Fernández-Guerra afirma que se descubrieron los pórticos y el enlosado del foro; D. Simón de Argote prometió probar que aquello era simplemente un baño árabe construido en el siglo XIV, aunque la interrupción de su obra le impidió cumplirlo; y por últimos los Sres. Oliver han seguido a éste en cuanto a lo del baño árabe, pero remontando su construcción al siglo XI. Como se ve, estos testimonios son bastante posteriores a los descubrimientos, y ninguno ha visto más que relaciones y dibujos de ellos; los contemporáneos lo consideraron unánimes obra de gentiles.
Por las descripciones antes citadas ya se ve que no es fácil determinar ni la forma, ni la aplicación, ni la antigüedad del edificio, sin embargo, me inclino a creerlo romano, o al menos esto se desprender de las noticias que nos han quedado; por el contrario no hallo punto de semejanza entre él y las construcciones árabes, fuera de la labor de algunos muros, que Sarabia indica era parecida a la de la torre de San José y edificios análogos; pero esto no es argumento decisivo”.

ALBAYZIN, SOLAR DE REYES:
Gabriel Pozo Felguera.

“Medio siglo antes de que naciera Jesucristo tenemos por cierto que los pueblos iberos diseminados por toda Andalucía oriental convivían con los invasores romanos y en muchos casos habían sido absorbidos por su cultura superior. La romanización de la Bética comenzó a ascender por el valle del Guadalquivir a partir del año 193 a.C. y no se sabe cuándo la ciudad de Ilíberis pasó a ser estipendiaria, asociada o dominada, en calidad de qué, al imperio de Roma. Sea como fuere, debió darse una convivencia inicial de culturas para ir pasando poco a poco a ser asumida la dominante por la dominada. La romanización progresó tan rápidamente en la ciudad de Ilíberis que en el 45 a.C. ya tenía privilegio de municipio de derecho latino.”
“…del Albayzin romano han quedado bastantes más testimonios epigráficos. Desde mediados del siglo XVI hasta nuestros días han ido apareciendo restos de muros, solerías, columnas, capiteles, estatuillas, monedas, calzada, muralla, etc, repartidos por todo lo que fue posteriormente la Alzacaba: encontramos calzada en la zona de San Juan de Los Reyes, restos de muralla en el solar de la Mezquita y muy posiblemente bajo la muralla zirí del siglo XI, villa de cierto lujo en el Callejón de los Negros, restos de actividad fabril en la Lona, muros de viviendas en el Huerto de Carlos, etc…”
“Ya en el año 1540 tenemos noticia de la aparición de una columna romana y una cabeza femenina de una escultura cuando unos moriscos abrían los cimientos para una casa próxima al actual Aljibe del Rey; la columna está conservada en el Museo Arqueológico de granada y contiene la inscripción de una dedicatoria por parte de Florentia a la mujer del emperador Gordiano III ( 239-244), llamada Furia Sibina Tranquilina Augusta. De época algo posterior apareció un pedestal con inscripción del emperador Probo.”
Alrededor del Aljibe del Rey y de la calle del Tesoro se han encontrado, monedas, basas de mármol, columnas, losas de pavimentos…


“Han aparecido en la historia reciente restos romanos en varias excavaciones y obras repartidas por todo el Albayzin, muchos de ellos están muy aislados y cabe pensar que fueron desplazados de su lugar originario para ser reutilizado en construcciones posteriores”.
“…Los límites que debió tener la ciudad romana llegaban hasta el actual Aljibe de Trillo. Un poco más abajo, detrás de la iglesia de San Juan de los Reyes, en el convento de Redentoristas, aparecieron restos de una calzada romana que descendía suavemente en busca del cauce del río. Por encima de ella había una serie de sepulturas con monedas de época de Nerón. Más abajo, ya fuera del Albayzín, en la actual calle Colcha, ha aparecido recientemente una necrópolis con enterramientos a base de tégulas. El extremo noreste debía coincidir con la muralla zirí de la plaza de la Charca, justo donde recientemente aparecieron restos de un acueducto montado sobre la muralla zirí. Bajo el Carmen de la Muralla y Puerta de las pesas hay un trozo de muralla romana puesta de manifiesto en las excavaciones de 1982 por Manuel Sotomayor. La reciente aparición de viviendas y actividades fabriles romanas en el entorno de la plaza de San Miguel (corralón de la Lona, solar frente a puerta principal de la iglesia de San José y Huerto de Carlos) nos llevan a ampliar el perímetro y la importancia del viejo municipio florentino romano.”



LOS FALSOS CRONICONES CONTRA LA HISTORIA.
Manuel Barrios Aguilera.

“Los principales actores fueron condenados a penas muy distintas de la magnitud de sus culpas, a reclusión en instituciones eclesiásticas: Flores y Velásquez de Echevarría (éste, por su participación en la falsificación del Voto de Santiago) ocho años; Medina Conde, a cuatro; luego, las penas se redujeron a la mitad. Se les prohibió asimismo escribir y publicar a perpetuidad. Fue más dura la sentencia en relación con los objetos, de los que se ordenó la destrucción y quema; que efectivamente se produjo en plaza pública, a la vez que se sellaba el lugar de las excavaciones.”

RAZÓN DEL JUICIO SOBRE LA DECLARACIÓN
DE JUAN DE FLORES:

…” Había sido público el hallazgo de una lápida antigua en el sitio de la Alcazaba, antes de mediarse el siglo, y también la fama de aquella novedad esparcida entre los curiosos, por lo cual empezó a tratar de las excavaciones al principio de buena fe, con deseo de la invención de otras cosas admirables, llevado también de los discursos de los abades del Sacro Monte, y de la Iglesia del Salvador Don Luis Francisco de Viana, y Don Antonio Fernández de la Crus, y de varias personas instruidas, que contaban algunos prodigios vistos encima de la Alcazaba…”

…”Asimismo por autorizarlo todo y dar gusto, y placer a las gentes, que concurrían en dicho lugar, hizo (Juan de Flores) que se labrasen clandestinamente algunas piezas de plomo, materia fácil, y de menos costas para las manufacturas…”

…”Lápidas, plomos, aras con dedicaciones a Dioses genios, y emperadores de la Antigüedad, estatuas, sepulcros, vasos de los sacrificios, monedas de diversas materias, ruinas de un templo gentílico, cenizas y reliquias de Mártires, fragmentos de un nuevo Concilio de los Apóstoles en Jesrusalén, y del Iliberitano, libro de la Misa desde el nacimiento de la Iglesia católica; la vida de nuestro redentor Jesús casi viviendo su Majestad; el Episcopologio antiquísimo de los Prelados de Granada, tablas de artículos y misterios de Fe; escritos de Santiago y de sus Discípulos; cartas de los Obispos tractatorias; cálices, patenas, profecías de tiempos remotos, y otras memorias eclesiásticas para enseñanza de la posteridad, que se contenían en una pequeña punta del barrio del Albaicín, emporio de tantas riquezas…”


ANTIGÜEDAD Y EXCELENCIAS DE GRANADA.
Bermúdez de Pedraza.

“…Espero como era mancebo tobo muger e fue por la orilla del mar, ende tornaron por essas montañas contra Oriente, hasta que llegaron a vna sierra mucho alta, e preguntó Espero a los hombres de la tierra, que logar era aquel, ellos le dixeron que le dezian la sierra del Sol, porque auia siempre alli nieue, e el porque vio que auia buenas vegas, e grandes e muchas aguas, semejó que seria buena tierra para pan, e pobro y vna ciudad, que por amor de su muger (Liberia) le puso el nombre de Illiberia, e assi ha nombre oy en dia.”.




PASEOS INTERACTIVOS POR GRANADA
NUEVOS PASEOS POR GRANADA Y SUS CONTORNOS (EDICIÓN ELECTRÓNICA)
Manuel Sotomayor Muro.
“El actual Carmen de la Concepción ha absorbido en su interior una antigua calle que se llamó la calle del Tesoro: salía desde el final de esta placeta de las Minas, poco antes de comenzar la cuesta de María la Miel, enfrente más o menos del Callejón de las Campanas, casi como continuación de este último hacia el Oeste. En las cercanías de la calle del Tesoro, probablemente por detrás de la casa actual señalada con el n° 1 y que forma parte del susodicho Carmen de la Concepción, el jueves 24 de enero de 1754, doce obreros, un maestro albañil y un minero, bajo la dirección de don Juan de Flores, beneficiado de la catedral, daban comienzo a unas excavaciones arqueológicas que iban a durar diez años.

A los dos días de trabajo, el sábado 26 de enero, los obreros habían llegado a unos cuatro metros y medio de profundidad con respecto al nivel de la calle; allí toparon con una columna de piedra, en cuya parte superior había una inscripción latina: se trataba de una dedicación por parte de los decuriones de Iliberri, la Granada romana, probablemente de una estatua, a un tal Publio Manilio Urbano; su hermana, Manilia Tertulla, había sufragado los gastos. La inscripción se conserva actualmente en nuestro Museo Arqueológico Provincial.
Al día siguiente, a unos cinco metros de profundidad, daban los excavadores con una solería de piedra, que les llamó la atención, sobre todo, porque las losas que la componían eran muy grandes y gruesas: más de metro y medio de largo y más de veinte centímetros de espesor. Ampliaron el corte realizado y comprobaron que el pavimento hallado seguía extendiéndose hacia el norte, el sur y el levante, llegando a medir todo lo descubierto más de dieciocho metros de largo por más de veintisiete de ancho. El mismo día 27 aparecieron varios fragmentos de basa, con parte de una inscripción, de principios del siglo II después de Cristo. Según ésta, la basa había sustentado una estatua ecuestre dedicada por todos los habitantes de la ciudad a un pontífice perpetuo, gran bienhechor, cuyo nombre ignoramos porque falta esa parte del texto.
El sábado 9 de febrero, sobre la susodicha solería, apareció una basa de mármol con otra inscripción, esta vez dedicada a un distinguidísimo personaje de la ciudad, del orden senatorial: Publio Cornelio Anulino, iliberritano, del que por éste y otros documentos sabemos que en la segunda mitad del siglo II después de Cristo ocupó importantes cargos en la administración pública y en el ejército romano, como, por ejemplo, gobernador de la Provincia Narbonense, comandante en jefe de la legión VII, procónsul de la Bética, gobernador de la Germanía Superior, gobernador de Africa, prefecto de Roma, etc., alcanzando incluso el grado supremo de la magistratura: el consulado. La inscripción se conserva también en nuestro Museo Arqueológico Provincial.

Publio Cornelio Anulino no fue el único miembro de la familia de los Cornelios de que tengamos noticia en Granada. Un hijo suyo llegó también a la ambicionada cumbre del consulado. Una antepasada suya, Cornelia Severina, se casó con uno de los exponentes máximos de otra gran familia romano-granadina: los Valerios Végetos. A Cornelia Severina los decuriones de Iliberri le dedicaron una memoria, como consta en una inscripción, hoy en el Museo Arqueológico Provincial, que apareció en el año 1594 no lejos de esta zona. Valerio Végeto y Cornelia Severina tuvieron un hijo, un segundo Valerio Végeto, quien, al igual que su padre, llegó a ser cónsul. A su mujer, Etrilia Afra, los iliberritanos, es decir, los romano-granadinos, le dedicaron también una inscripción, hallada por Flores en este mismo lugar del enlosado y conservada igualmente en el Museo Arqueológico de Granada. Y aún apareció otra inscripción dedicada por los decuriones a un cónsul llamado Cayo Végeto. La gran familia de los Valerios estaba asentada en la Granada romana al menos desde el primer tercio del siglo primero de nuestra era. No pocos de sus miembros alcanzaron altos cargos de la administración y cuantiosas riquezas, sobre todo en diversas regiones de Italia.

Prosiguiendo las excavaciones, en uno de los lados de la superficie enlosada quedó a la vista un largo basamento enriquecido con molduras, probablemente de algún templo, y una escalera que partía de una puerta flanqueada por sendas columnas con sus respectivas basas. El 6 de mayo de 1757 venía de nuevo a la luz otra inscripción romana, dedicada por los decuriones a Lucio Atilio Hibero.”



“El ilustre falsificador quería dar una interpretación clara a todo lo que realmente había hallado; y, al mismo tiempo, relacionarlo con la historia eclesiástica de Granada para exaltarla al máximo y conectarla con las glorias fingidas que le había procurado por algún tiempo otro fraude anterior, de fines del siglo XVI, el de los plomos y reliquias del Sacromonte. Por ejemplo: el podio hallado en el posible foro de lliberri lo convirtió, por medio de dos inscripciones inventadas, en el Templo de Apolo. Y, una vez asegurado al edificio el carácter de templo pagano, buscó la manera de habilitarlo para sede del Concilio de Elvira, de principios del siglo IV: "el que antes era templo de abominación, donde la gentilidad daba culto a la estatua de Apolo y de otros falsos dioses", fue consagrado a Nuestro Señor Jesucristo y en él se reunieron los obispos y presbíteros en concilio; así lo explicaba con toda clase de detalles la inscripción de una gran plancha de plomo que hizo encontrar en las excavaciones del 9 de junio de 1756.”

“Don Juan de Flores y Oddouz fue procesado y condenado; y en la sentencia, dada en el año 1777, se incluía la obligación de enterrar a sus costas, terraplenar, cerrar y cercar, "dejándolo impenetrable", todo el lugar de las excavaciones. Sobre los objetos supuestamente hallados en las excavaciones, objetos de piedra, mármol, vidrio, barro, plomo, bronce, cobre y otros metales, se mandaba que "se rompan, deshagan y demuelan, reduciéndolos a polvo o menudos pedazos, hasta que no quede vestigio conocido de las imposturas y fraudes que se hicieron sobre estas materias".

La destrucción, afortunadamente, no fue total, porque hubo quienes supieron distinguir entre las inscripciones auténticas y las que eran disparatadas falsificaciones, logrando que en la misma sentencia se excluyesen del desastre algunas de las primeras. Pero la vergüenza y el desprestigio taparon y sepultaron los restos romanos aún más de lo que lo habían hecho los muchos metros cúbicos de tierra y escombros que se vertieron sobre ellos. Y a estas alturas del siglo XX seguimos sin poderlos ver ni estudiar, siendo, sin embargo, cruciales para el conocimiento de lo que probablemente fue el núcleo principal de la Granada romana.”


GRANADA HISTORIA URBANA
Juan Manuel Barrios Rozúa.

“…cabe suponer, en consecuente que Iliberri no sería una de esas clásicas ciudades de planta reticular atravesada por el cardo y el decumano.””…El elemento más destacado sería sin duda el foro, en torno al cual se desarrollaba la vida civil y religiosa, pues en él se hallarían, como en toda ciudad romana, los principales edificios públicos y templos. Del foro iliberritano tenemos noticias, pues fue excavado parcialmente en el siglo XVIII. Lo que se descubrió constaba de una plaza enlosada en mármol en la que se distribuían estatuas de emperadores y patricios sobre pedestales. La plaza debía estar rodeada de edificios de cierta prestancia arquitectónica a juzgar por los abundantes restos de columnas y cornisas hallados y por la portada de acceso a uno de ellos que se exhumó antes de que se suspendieran las excavaciones y se obligara a tapar todo. Ya en nuestra época se han practicado excavaciones en solares no muy distantes del foro, pero lo que se ha hallado han sido construcciones industriales, tales como una posible fábrica de vino en el callejón del Gallo y un alfar próximo al arco de las Pesas”.



GRANADA. GUÍA ARTÍSTICA E HISTÓRICA DE LA CIUDAD.
Antonio Gallego Burín.

“Conquistada por los romanos, esta población ibérica siguió acuñando monedas con el nombre, en caracteres latinos, de Eliver, Eliberri, Iliber, Iliberi, Iliberri e Ilvbiri, denominándola Ptolomeo Illiberi y Plinio el mayor, Iliberri, y a sus ciudadanos liberini. Erigida municipio, las inscripciones de los ss. I al II de J.C. la llaman Municipium florentinum iliberitanum y también Florentia, nombre que, en sentir de algunos escritores, podía interpretarse por ciudad florida o fructífera. Vemos, pues, que Granada usó dos denominaciones: una, ibérica (Iliberia) y la segunda, romana (Florentia), a semejanza de otras poblaciones importantes…”
“Esta población romana, cuya situación han discutido apasionadamente arqueólogos y eruditos, existió en el lugar mismo de la actual Granada, quizás también en el mismo del primitivo poblado ibérico, y ocupó, principalmente, lo que fueron barrios de la Alcazaba y el Albaicín. En ellos se han hallado restos abundantísimos de cementerios, trozos de via romana, vasijas, tejas y ladrillos, inscripciones, fragmentos de estatuas, capiteles y columnas de mármoles de Loja y de Ílora, y otros elementos de construcciones arruinadas, cuya grandeza atestigua la importancia de esta ciudad, que se extendía hasta la colina de la Alhambra, y ocupaba en la del Albaicín las demarcaciones, de las actuales parroquias de San Nicolás, San José, San Miguel y San Juan de los Reyes, teniendo como centro la hoy llamada placeta de las Minas. Allí se alzaban la Basílica y el Foro de Iliberis, grandiosa construcción enlosada de mármoles, soportada por robustas columnas y decorada con pedestales, estatuas y epígrafes consagrados a los Emperadores y a sus patricios ilustres por el Municipio iliberitano, cuya alta significación debían pregonar otras muchas construcciones, tenidos en cuenta el tamaño y calidad de los restos hallados en puntos distintos de la población.”
“Carece de base científica la teoría sostenida por algunos escritores de que Iliberis fue la misma ciudad musulmana de Elvira situada al pie de la Sierra de este nombre. En Elvira no se ha hallado inscripción ninguna de Iliberis y sí en Granada, donde no se encuentran de otra ciudad y es ley arqueológica que el nombre de ésta lo revelan las inscripciones halladas en sus ruinas. Pensar y afirmar, como algunos lo hacen, que los árabes se trajeron a Granada los materiales de la destruida Elvira para aprovecharlos en la construcción de la ciudad nueva, es el mayor de los dislates, rechazado por los hechos y por la critica moderna, apoyada además en el testimonio de los más antiguos geógrafos árabes que señalan a Granada como la más antigua ciudad del término de Elvira, capital suya y asiento de la Sede episcopal, es decir, como Iliberis misma.”


EL CONCILIO DE ELVIRA Y SU TIEMPO.
Manuel Sotomayor y José Fernández Ubiña (coordinadores)

“El concilio de Elvira, Iliberri o Iliberis (actual barrio granadino del Albaicín) se celebró en esta ciudad romana de la Bética a inicios del siglo IV y a él acudieron presbíteros y obispos de todas las provincias de Hispania en representación de sus respectivas iglesias. Su objetivo era tratar los problemas más acuciantes de sus comunidades, dar respuesta a sus incertidumbres religiosas y aprobar normas comunes de comportamiento en el campo de la moralidad, de la liturgia y de las relaciones con el entorno social. Los concilios fueron el instrumento más eficaz del cristianismo antiguo para unificar sus pautas de comportamiento, fijar la disciplina, comentar cuestiones doctrinales o juzgar la conducta de determinados fieles”.

“…En sus ochenta y un cánones, que las actas resultantes, las más antiguas conocidas en la cristiandad occidental, ofrecen una panorámica extraordinariamente detallada y realista del cristianismo peninsular y son, con diferencia, nuestra principal fuente para el conocimiento de la iglesia y de la sociedad hispana del Bajo Imperio”.









MARGARITA ORFILA PONS ( del mismo libro)
“Iliberri-Elvira (Granada), Ciudad romana y cristiana”.


“…es importante recordar que se llevan recuperadas en Granada un total de 40 inscripciones, de las cuales 25 proceden del barrio del Albaicín), ha llevado a la conclusión de que Iliberri accedió a la categoría de municipium, tal como es mencionado directa o indirectamente en unas 15 inscripciones “.

“El proceso de transformación urbana debió de acelerarse en el momento en que fue necesario construir edificios en donde albergar las instituciones inherentes a las nuevas necesidades, como consecuencia de su integración en la administración romana por su municipalización. Las referencias que se tienen a través de las fuentes literarias, y especialmente desde la serie de epígrafes de la época –con numerosas citas concretas de los cargos ostentados en ella- son suficientes pruebas de la existencia e importancia de esa ciudad romana, la que fue Florentia Iliberritana”.
“Uno de los lugares clave, el foro, el espacio cívico de la ciudad por excelencia, debe situarse en lo alto del barrio del Albaicín, entre las actuales calles de María la Miel y del Pilar Seco, según se deduce de la zona en donde se han recuperado desde el siglo XVI importantes inscripciones, y de los resultados de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo por Juan de Flores durante el siglo XVIII, en las que se descubrió parte de su enlosado, restos de edificios, una serie de elementos arquitectónicos e inscripciones. Ha sido posible situarlo justo en lo que era la Calle del Tesoro, hoy desaparecida y cercana al entonces llamado Huerto de Lopera, espacios actualmente insertados dentro del Carmen de la Concepción, enmarcados más o menos, al norte por la Calle Aljibe de la Gitana, al este por la Placeta de las Minas y casi toda la Calle María La Miel, hasta la altura de la Calle Camino Nuevo de San Nicolás, que los cierra al sur, mientras que el límite oeste sería la Placeta del Cristo de las Azucenas y la Calle del Pilar Seco, en cuyo tramo cabe restar del Carmen de la Concepción la línea de casas que se alinea desde la Placeta del Cristo de las Azucenas. Estos restos del foro fueron dados a conocer especialmente a través de los dibujos de Diego Sánchez Sarabia, confirmados hoy en día por el hallazgo de algunas de esas piezas molduradas, identificadas en el año 2003 al desmontar parte de una casa sita en la Calle María la Miel, nº 11, a las que se une, una vez llevada a cabo la intervención arqueológica en ese solar, a inicios del 2004, unos fragmentos de inscripciones, una de ellas honorífica.
En los dibujos de Juan de Flores y Sánchez Sarabia, se aprecia que posiblemente este foro debió de estar estructurado en diferentes niveles, aterrazado, intuyéndose la existencia de una serie de edificios, de los que desde el estudio de las inscripciones, es posible deducir su funcionalidad, ligada principalmente a actividades políticas o religiosas. De estos epígrafes también se deducen los impulsos que a las minas se les dieron desde las acciones energéticas llevadas a cabo por las familias que ostentaron el poder de la ciudad a lo largo de esos más o menos tres siglos (del I a fines del III d.C.)”
“La referencia directa a una de estas acciones energéticas está plasmada en unos epígrafes gemelos hallados en Granada y que permiten, además, poder imaginar cómo era la plaza cívica, el foro, con un porticado, tal como se indica en ellos y con el edificio de la basílica como uno de los edificios que forman una de sus fachadas.”
“A este espacio abierto porticado, más la basílica, deben añadirse, en principio, otros inmuebles, tales como un templo, inherente dentro de los diseños de un foro, y del que de nuevo se deduce su presencia a través de las inscripciones.”
“El aspecto descrito anteriormente del foro, algo más lleno, es el que seguía teniendo este espacio urbano a fines del siglo III d.C., momento en que se ubicaron de nuevo pedestales de estatuas, como la recuperada en el siglo XVI en el llamado Aljibe del Rey”. (y otras)
“…enmarcados dentro del contorno perceptible que viene señalado por la muralla erigida en época ibérica mantenida y reparada en época romana. Uno de los elementos recuperados a destacar de esta ciudad romana es una obra de ingeniería hidráulica que permitía garantizar el suministro de agua a sus habitantes. Nos referimos a los restos de acueducto identificados hasta la actualidad, reflejo del elevado nivel en la infraestructura urbana y la aplicación de soluciones hidráulicas iliberritanas.
El primero, localizado en la década de los noventa del siglo XX en un solar de la Calle Espaldas de San Nicolás, justo en donde hoy se halla la mezquita del Albaicín, queda documentado por el tramo descubierto de su canal de traída de agua al Municipium desde la zona orienta. De tres pies de anchura, se llegaron a descubrir más de 11 metros de longitud, continuando aún más en sentido oeste. Está fabricado en obra de opus caementicium y recubierto con opus signinum, argamasa que convierte en impermeables las superficies. “
“…en Iliberri, las necrópolis…son varios los núcleos que se pueden señalar como zonas cementeriales, de las que se pueden mencionar la zona del Camino del Sacromonte a la Placeta de la Cruz Verde, en la zona de San Juan de los Reyes, por poner algunos ejemplos”.
“Entre los bienes inmuebles identificados, relacionados con la actividad artesana, destaca la alfarería documentad a través de los hornos del Carmen de la Muralla, quizás conectados con el alfar de la Cartuja”.
“En cuanto a las residencias de los antiguos iliberritanos, si bien hace unas décadas se tenían pocas referencias, en los últimos años este panorama ha ido cambiado gracias a las diversas viviendas excavadas en la zona del Albaicín, como la del callejón de San Cecilio, en donde se halló una esquina de una casa romana, con suelo de tierra apisonado, con un uso hasta época tardorromana.” ( hay más ejemplos)
“De todos estos ambientes domésticos destacan los restos hallados en el callejón de los Negros, un edificio ubicado en el límite oeste de la ciudad construido haciendo uso del sistema de terrazas y nivelaciones típico del Albaicin, y que debemos relacionar con una domus de gran monumentalidad. En esta excavación se sacó a la luz un espacio estructurado en torno a un impluvium, definido por un cuadrado que mide 5,20 m de lado, con columnas de 0,60m. de diámetro, de basa moldurada de tipo ático, relacionadas con el sistema de soporte de techumbre de la cubierta o compluvium. Rodeando al impluvium, un corredor de 2,00 m. de anchura máxima, en dos niveles, con una diferencia de cotas de 0,30 m., salvada mediante dos escalones de arenisca. Un gran muro de sillares, estucado en todo su frente, con pinturas murales, actuaba de cierre, definiendo los límites de la galería en su sector más noroccidental y al que se abren dos nichos, uno de ellos flanqueado por dos pilastras conformadas. Por su técnica constructiva apreciada en esta edificación, sus excavadores, consideran que debe ser fechado entre los siglos I y II d.C.” (hay otros ejemplos).



HISTORIA DE GRANADA:
Lafuente Alcántara.

“Al contemplar el hermoso cuadro que presenta la vega de Granada, llaman desde luego la atencion sus alamedas y sotos, su verdor casi permanente, la prodigiosa fertilidad de toda su llanura. Sobresalen en medio de esta, y forman singular contraste con su lujosa vegetacion, las colinas de sierra Elvira, siempre áridas, siempre rebeldes al cultivo, y en cuyo ingrato suelo ni se crian flores, ni dora mieses el estío, ni maduran frutas para el sustento y regalo de los habitantes de estas comarcas. Aun es mas: la nieve, que en los rigores del invierno cobija las cumbres de las sierras inmediatas y cubre á veces la superficie de la vega, jamás blanquea la de sierra Elvira, que liquida los campos apenas caen. La causa de este fenómeno se explica fácilmente, al ver diseminadas en su suelo piritas de hierro, cobre y azufre, rellenas sus cavidades de moles de cascajo, y una insondable caverna por donde brota un raudal de agua caliente. La formación volcánica de esta tierra es causa de su constante esterilidad, y de los frecuentes terremotosque afligen á Granada y su comarca. Casi todos los años la sierra Elvira hace sentir su funesta influencia con violentos temblores : en algunas ocasiones, aterrados los habitantes de los pueblos circunvecinos, la han observado despedir en la oscuridad (le la noche exhalaciones sulfúreas, parecidas á relámpagos. Todo en ella revela la existencia de ¡ni foco temible. En la vertiente meridional de la sierra, al oeste del lugar del Atarfe, en el pago conocido con el nombre de cortijo de las Monjas, estuvo la ciudad de Illiberi, , que Plinio calificó de celebérrima. Elevada á la clase de municipio durante el imperio, rivalizó en riqueza y esplendor con otros pueblos que obtuvieron el mismo privilegio. El curso de los siglos, y los estragos de la guerra han derribado sus edificios, han dejado yermo su término, y raido de la faz de la tierra sus monumentos. Hoy se descubren cimientos de casas, cisternas, un acueducto, y un vasto cementerio, de cuyos sepulcros se extraen descarnados esqueletos. En el recinto que ocupan las ruinas de tan famoso municipio, tuvo lugar la celebracion del primer concilio español.



CIUDAD Y PRIVILEGIO EN ANDALUCÍA EN ÉPOCA ROMANA
Cristóbal González Román.


“ La segunda unidad geográfica de la actual provincia de Granada, donde se proyectó la ciudad romana, la constituye el Valle del Genil; en él se constata la posible existencia de cuatro civitates; de ellas, Iliberri e Ilurco se encuentran bien documentadas, mientras que las dos restantes, Baxo y Calecula, plantean diversos problemas relacionados con su carácter y localización.
Al igual que en los casos anteriormente analizado los altiplanos de Granada, también la ciudad romana de Iliberri ubicada en el actual Albaicín, posee una secuencia ocupacional que puede retrotraerse al s. VIII a. C. a tenor de la actual documentación arqueológica; entre los restos del correspondiente centro ibérico deben de mencionarse su posible muralla, recientemente descubierta, y diversos elementos de los ajuares de necrópolis; sus emisiones, que documentan su nombre tanto su originaria denominación ibérica, Ilturir, como en su vers latina, se vinculan al período final del oppidum ibérico.
Las transformaciones urbanísticas de época romana documentaron en las excavaciones realizadas por Juan de Flores en 1754 y 1763 en un contexto dominado por falsificaciones y por la defensa de la autenticidad de los libros plúmbeos'; resultados de las excavaciones realizadas en el Carmen de Concepción pusieron de manifiesto diversos epígrafes y estructuras constructivas en torno a un espacio enlosado, cuyos plan conservamos; el conjunto de los descubrimientos debe de relacionarse con el correspondiente foro de la ciudad. Precisamente, la epigrafía constata la existencia en el mismo de edificios como la basílica, que será objeto de reiterada atención en lo que se refiere, especialmente, a su ornamentación; en ella destacó la labor del seviro Servius Persius en el s. III d. C.. Las excavaciones recientes han permitido documentar otros elementos de la ciudad como el atrio de una casa, un alfar romano de sigillata adosado a la muralla, del que se conserva una parte de la bóveda de adobe del praefurnium de fines del s. 1 y comienzos del II d. C., las canalizaciones de abastecimiento de agua, descubiertas en el mismo solar que la muralla ibérica, o, finalmente, diversos restos arqueológicos de menor relevancia monumental.
Aunque aún no se ha producido la correspondiente constatación arqueológica ni en las excavaciones del s. XVIII ni en las actualmente en curso, un lugar central de su urbanismo de sus referentes monumentales lo ocupó el templo dinástico, a1 igual que en el resto de las ciudades de los altiplanos; concretamente, la documentación epigráfica reitera el culto a emperadores del s. III d. C., como Probo o Gordiano III, cuya esposa Furia Sabina es objeto, asimismo, como dea de los mismos honores. La vinculación de las élites locales al mismo tiene su correspondiente constatación en el caso de Cornelia Severina,, que en época flavia ejerció como flaminica, mientras que la implantación del culto imperial al círculo de los libertos enriquecidos tuvo su proyección en el caso de M. Servilius Onessimus y en el del mencionado evergeta Servius Persius, que contribuyó a la ornamentación del foro y de la basílica ; ambos pertenecieron al correspondiente colegio de los seviros imperiales.
Semejantes modificaciones urbanísticas proyectaron en el plano material un cambio histórico más global, como fue el de la transformación del antiguo oppidum indígena en una civitas romana; su propio nombre se modificó y, aunque conservó su anterior denominación ibérica, se convirtió en Mun icipium Florentinum Iliberritanum, que de forma coincidente
se constata en la tradición literaria y en diversos epígrafes'. Originariamente, su correspondiente estatuto se derivó contexto de las compensaciones realizadas por César tras su victoria en Munda y se materializó en la concesión del derecho latino a los habitantes del oppidum indígena; ello implicó una concesión de privilegios limitados al ámbito famiar y de la propiedad; tan sólo con posterioridad se procedió a constituir el correspondiente municipio con la mencionada titulación ; en consecuencia, sus muraicipes se inscribieron en tribu Galeria`, su elite aristocrática accedió a los ordines superiores de la sociedad romana y participó en la administración imperial.”

NOTICIAS DE LA VIDA Y ESCRITOS DEL RMO. P. FR. HENRIQUE FLOREZ.
Francisco Méndez.


“…cerca de la altura hacia la falda hay descubiertas unas gradas de escalera de piedra, cuyas puntas están gastadas, al parecer desde lo antiguo, por el uso de los que bajaban. Al pie de la última grada hay una puerta compuesta de una hermosa basa y columna a cada lado, con altura de más de un estado (medida tomada de la estatura regular de un hombre), que sería arco o cuadro de la puerta; y luego hay una o dos gradas, también gastadas en la punta de su labio, y empieza un pavimento llano de piedras grandes de una pieza. Hay basas de columnas repartidas con proporción y unas piedras planas y grandes con molduras de medias cañas y boceles; todo de buen gusto de arquitectura. El sitio está hoy en la inclemencia”.






UN PASO DECISIVO EN EL CONOCIMIENTO DE LA GRANADA ROMANA (MUNICIPIUM FLORENTINUN ILIBERRITANUM)
Manuel Sotomayor y Margarita Orfila. (Artículo)



“El justificado escándalo y desprecio producido por los fraudes tuvieron una desdichada consecuencia que, incluso en nuestros días, algunos no han sido capaces de superar. Muchos han considerado mero fraude y burda falsificación todo lo hallado en dichas excavaciones, sin tomarse la molestia de examinar con la necesaria detención los documentos, tanto escritos como gráficos, que permiten discernir lo falso de lo verdadero con relativa facilidad”.
“Sabía (Flores) que en esa casa, nueve años antes, se había intentado construir un pozo de desagüe y durante la obra habían aparecido una inscripción, tégulas, huesos y sobre todo, parte de un enlosado. Los descubrimientos habían causado cierto revuelo, por lo que se había mandado volver a enterrarlo todo. El solar estaba situado en la calle del tesoro, en su lado sur.”
“Se fue ahondando y evacuando mucha tierra, piedras y escombros y al tercer día se llegó a una profundidad de cinco varas y media (4,60 m) medidas desde el plano de la calle del tesoro. A esa profundidad se descubre un pedestal cilíndrico de estatua con inscripción honoraria a Publio Manilio. A la misma profundidad aparecen también un pedestal de estatua con inscripción dedicada a P. Cornelo y el día 27 (de enero de 1754), una inscripción muy fragmentaria de Silvinus. Todas estas inscripciones son auténticas y dos de ellas, las dos primeras, se conservan actualmente en el Museo Arqueológico de Granada”.
“Esta segunda campaña tiene un carácter muy distinto de la anterior. No excava Flores a cielo abierto, porque desde el comienzo descubrió unas minas o galeras subterráneas a cuyo descombro y exploración consagró todos sus esfuerzos. Las galerías ofrecían mayores facilidades para esconder y descubrir después toda clase de falsificaciones,; para esas fechas, fecha estaba ya entregado con entusiasmo al fraude”.
“Estas lumbreras que de las minas salían a la calle, se descubrieron en la parte norte de la calle de María la Miel, parte que en nuestros días y desde entonces, se llama “Placeta de las minas”.
“No sólo son estos vestigios descubiertos, pues se encontró y registró gran cantidad de piedras fuertes, muchas basas y capiteles de columnas, pedazos de estas en gran porción, de distintos diámetros que algunos tienen cerca de una vara, y ninguno baja de media, unos mayores, otros menores, según pudo preservarlos la injuria y destrozo padecido; pedazos de cornisas y otras piezas particulares las más de jaspe encarnado. También se encontró una estatua de dos varas de alto (1,67m) de jaspe blanco, vestida de ropa senatorial, sin cabeza, manos ni pies, pero demostrándose las uniones y encajes con el cuerpo”.

“El 24 de enero de 2003 dio comienzo una obra de rehabilitación de una vivienda situada en la calle María la Miel, nº 11, bajo la dirección del arquitecto D. Carlos Sánchez, y con el seguimiento arqueológico correspondiente, a cargo del arqueólogo D. Ángel Rodríguez Aguilera, contratado por el promotor de la obra, D. Miguel Rodríguez- Acosta Carlström. El mal estado de conservación del edificio, que detectó el arquitecto, le obligó a derruir la casa enteramente, hecho que le permitió observar que para la construcción de sus muros y de sus cimientos se habían utilizado grandes piezas de piedra, algunas molduradas, sillares, losas y fustes de columnas antiguos. Casualmente, el arquitecto en cuestión conocía bien la historia de las excavaciones de Flores y el dibujo de Sánchez Sarabia con planta y alzado de las estructuras arquitectónicas halladas por Flores precisamente por aquella zona. Esto le permitió advertir que las piezas reutilizadas en la casa de la calle María la Miel nº 11 eran las que habían formado parte de las citadas estructuras romanas, constatación que obligó a informar a la Delegación de Cultura en granada y a suspender temporalmente las obras”.
“Se ha comprobado la existencia de unos niveles de época romana, se han recuperado dos fragmentos con inscripción romana: uno de escasa entidad, pero otro de no poca importancia por tratarse de un pedestal de estatua, con tres de sus lados moldurados, y con parte de la inscripción; y se ha podido constatar una continuidad de ocupación en época emiral y califal. El hallazgo del pedestal con restos de la inscripción es especialmente significativo por haberse encontrado en una zona cercana al foro explorado por Flores, pero no afectado por sus excavaciones, puesto que se encontraba en lugar sellado por una bolsada de época nazarí”.
“Sabíamos hasta ahora, por las descripciones conservadas, que el lugar de las excavaciones del siglo XVIII quedaba definido por dos coordinadas; la calle del tesoro y la calle María la Miel. Esta última existe en la actualidad (corre de Sur a Norte, para terminar en la Puerta Nueva) con el mismo trazado que tuvo en aquella época, aunque con un nivel algo superior. Desgraciadamente, no ocurre lo mismo con la calle del tesoro (que corría de Este a Oeste) interrumpida primero y desaparecida después a partir de las citadas excavaciones y cuyos restos se hallan en la actualidad soterrados en el interior del “Carmen de la Concepción”. El reconocimiento de su trazado era esencial para situar con exactitud los importantes hallazgos romanos de Flores. Ahora eso es posible, porque en el plano citado está perfectamente delineada la calle del tesoro, que comunicaba la calle Maria la Miel (al oriente) con la calle del Pilar Seco (al occidente), cuyo trazado se conserva también intacto en la actualidad.”




LA EMISIÓN CON LEYENDA FLORENTIA Y EL TESORO DEL ALBAICÍN.
(artículo)
Margarita Ofila Pons y Pere P. Ripollés.
“La aparición de un conjunto de monedas con leyenda latina FLORENTIA, durante los trabajos de excavación en un solar ubicado en el Albaicín (Granada), en 1993, ha permitido un análisis más detallado de esta rara emisión. El estudio de estas piezas y de las que ya se conocían con anterioridad ha definitivo mejor su descripción y el estándar petrológico con el que se acuñaron, deduciéndose que se emitieron en un momento posterior al que generalmente se creía. También ha desvelado que parte de las monedas que se conocen de esta emisión conservadas en colecciones públicas y privadas, son falsas o han sido retocadas.”
“En el catálogo de las acuñaciones antiguas de Hispania publicado por Villalonga en 1994, apenas si se introdujeron cambios en la ordenación de la producción de Iliberi con respecto al catálogo de Vives. Villalonga también consideró la emisión con leyenda FLORENTIA la más antigua de todas, datándola a fines del siglo III a.C. sobre la base de su elevado peso. Una ordenación relativa similar a las que recientemente se habían propuesto es la que podemos ver en la monografía de esta ceca publicada por T. Fuentes. En ella se colocan primero las monedas con reverso triquetra y después las que muestran una esfinge. Sin embargo introduce una sustancial variación con respecto a todo lo anteriormente visto, pues fecha el inicio de producción del taller en época de Augusto”.
“Este reducido lote de monedas tiene la virtud de desvelar un engaño que se ha transmitido de generación en generación, en buena medida, por la inexistencia de materiales sobre los que se tuviera la certeza absoluta de su genuinidad. Todos los autores a los que nos hemos referido han descrito incorrectamente las monedas de la emisión con leyenda latina FLORENTIA, pues siempre han mencionado la existencia de una palma delante del retrato, cuando en realidad ninguna de ellas la posee. Lo más grave de ello no estriba en un detalle de la descripción del tipo, sino que estas piezas, como pone de relieve el tesoro, son falsas y/o retocadas, fundidas con un grosor (y peso) que excede ampliamente el que tuvieron las piezas originales, lo cual implica que las consideraciones metrológicas carecen de toda utilidad para datar esta emisión. El tesoro, pues, es el elemento clave para descubrir un engaño histórico”.
“Este conjunto de monedas se recuperó en el marco de una excavación arqueológica de urgencia en la placeta de San José del barrio granadino del Albaicín, dirigida por Antonio Burgos, dentro de las intervenciones programadas desde el Proyecto de Investigación “La ciudad Iberorromana y medieval de Granaada”.
“..presumiblemente estas monedas estarían en el interior de un contenedor orgánico, que ha desaparecido, ya que aparecen juntas, incluso unas sobre otras. Este grupo de siete monedas de la ceca de Iliberri, pueden ser fechadas entre los siglos II-I a.C., presentan en el anverso una cabeza de figura humana con casco (figura de guerrero) y reverso con triskele con cara humana y una leyenda con el nombre de FLORENTIA”.
“Este poblado ibérico tenía como hábitat la cumbre actual Albaicín y en sus alrededores necrópolis, abarcando unas seis o siete hectáreas. Juntando estos datos a la envergadura y complejidad constructiva de la edificación defensiva, se demuestra la importancia de este asentamiento ibérico, Iliberri, desde época muy temprana. No es extraño, por tanto, que se le concediese el calificativo de oppidum por parte de los autores clásicos. Su topografía estaba muy determinada por su propia ubicación, sobre una colina, lo que hace que hipoteque de por vida su propia fisonomía, adaptándose el hombre al terreno en base de la creación de terrazas artificiales según necesidades. Este poblado ibérico, como es habitual en muchos otros casos, fue transformándose paulatinamente en una ciudad romana a posteriori de la conquista romana, que debe situarse a inicios del siglo II a.C”.
“Hay que tener presente que, desde el punto de vista administrativo, en un primer momento Granada perteneció a la provincia Ulterior hasta que Augusto creó la Bética. Dada su ubicación geográfica quedó en la línea fronteriza con la Citerior o Tarraconense. Al crear Vespasiano la figura de los conventos en Hispania, Iliberri fue incluida dentro del Conbventus ASstigitanus.
Debe pensarse que el proceso de transformación urbana mencionado debió acelerarse en el momento en que Iliberri accedió a la categoría de municipium, que se suele ubicar temporalmente como una más de las concesiones cesarianas. Para ello los investigadores han utilizado como elementos sustentados el asocial el nombre de Iliberri al cognomen Florentia, basándose principalmente en el cita de Plinio Iliberri quod Florentinum (Naturalis Historia III 10)
(Nota del artículo: Plinio realizó una lista de las ciudades que habrían obtenido esa categoría de ser latinas por César, entre las que sitúa a Iliberri Florentini)
“En Granada, según los datos aportados por las inscripciones, la mayoría de las familias pertenecieron a la (tribu) Galeria, tribu a la que se relaciona con el colectivo de veteranos que obtuvo en época de Augusto privilegios o concesiones, de manera que allí en donde se documenta la presencia de individuos pertenecientes a ésta última hay que suponer la intervención y actividad legisladora augustea. ¿Va a ser augustea la municipalización de Iliberri? (Nota: Wiegels especifica que con toda seguridad los privilegios concedidos a Granada no pueden ser más tardíos que de época augustea)


“De la ciudad en época romana pueden deducirse toda una serie de datos procedentes de las referencias que desde las inscripciones se tienen, de los que destacamos la cita del foro y la basílica, procedente de las cercanías del Aljibe del Rey, cuya transcripción es la siguiente: FORI ET BASILICAE/ BAECLIS ET POSTIBUS. Más explícita es ésta segunda, pues en ella se hace referencia a una acción evergeta de Perseus, un liberto de la tribu Sergia, que costeó de su dinero las exedras del foro y de la basílica.
A esto hay que sumar, además de innumerables bienes muebles, la serie de bienes inmuebles recuperados desde hace siglos, como por ejemplo la parte del enslosado y una serie de elementos de decoración arquitectónica hallados del foro en el siglo XVIII, conocidos especialmente a través de los dibujos de Diego Sánchez Sarabia que Gómez Moreno publicó, confirmados por el hallazgo una serie de esas piezas molduradas halladas en el 2003 al desmontar parte de una casa sita en la calle María La Miel nº 11, ubicada en la zona elevada del Albaicín. Pero son especialmente interesantes la serie de restos romanos aparecidos en esta zona desde la década de los años ochenta del siglo XX y que ya han sido analizados en diversas obras, de los que destacamos los añadidos romanos a los fragmentos de lienzos de muralla ibérica ya mencionados, los hornos del Carmen de la Muralla, el atrio de la calle de los Negros, los depósitos hidráulicos de la plaza de Santa Isabel la Real, o del callejón del gallo, o el muro y empedrado de la plaza de San Nicolás, por citar los hallazgos más recientes, además de toda la serie de inscripciones honoríficas y funerarias que desde el siglo XVI se han ido recuperando en toda esta zona.”
“Se señala que apareció en el estrato de la fase moderna en contacto con la fase ibérica II, ésta última los excavadores la fechan en los siglos II-I a. C. De ello se deduce que su ocultación se produjo en un momento posterior a la formación de la fase ibérica, es decir, a partir del siglo I a.C.
De todo lo anteriormente expuesto, a saber, de las informaciones de los tesoros de Guadiz y de Albaicín y de la presunta secuencia de uso de la escritura monetal, primero la ibérica y después la latina, se puede deducir que las monedas con leyenda FLORENTIA debieron emitirse a partir de la segunda mitad del siglo I a. C. lo cual las relacionaría con el momento de obtención del estatuto jurídico de municipio a partir de la época cesariana, quizás el reinado de Augusto”.

LA ALCAZABA.
(Artículo en OBRA DISPERSA)
Manuel Gómez-Moreno González.


“Dos años hace que tuvieron lugar interesantes descubrimientos (septiembre de 1895) en un huerto situado en la Alcazaba de esta ciudad, entre la calle de San José y la placeta del Almirante, en ocasión para rebajar el terreno para erigir un nuevo Colegio destinado a niñas pobres…” “…se encontraron cimientos de antigua construcción, y enclavado en uno de ellos, un gran sillar de piedra franca, cerca de la cual había volcada en tierra, una basa labrada en piedra toba durísima y blanquecina con profundas oquedades. ..””..Inmediato hallóse la parte superior de un pequeño pedestal cilíndrico de piedra blanca extrayéndose además pedazos de fustes de columnas, ladrillos de grandes dimensiones..””..Se deduce de que las ruinas, fragmentos arquitectónicos y escombros descubiertos corresponden a una construcción importante de época romana, sin género alguno de duda y vienen a robustecer la opinión de que en la Alcazaba existió un pueblo anterior a la dominación árabe, como lo acreditan de antemano las ruinas de otro edificio descubiertas en 1641, cerca del Aljibe del Rey, en una casa llamada del Tesoro, soterradas después y vueltas a descubrir en 1754, hallándose entonces bajo una capa de tierra de seis a diez varas de espesor, varios miembros de arquitectura, algunas inscripciones latinas y diez y nueve fragmentos de piedra blanca de varios tamaños y figuras en que se incluyen pies, manos y residuos de estatuas. No es la primera vez que en los inventos de la Alcazaba se hace referencia a restos escultóricos, pues de un busto, retrato al parecer de la emperatriz Furia Sibila Tranquilina, nos habla Pedraza como descubierto en su tiempo en la calle del Pilar Seco. Tenemos así mismo en apoyo de la opinión que dejamos sentada, un número más que regular de epígrafes romanos registrados desde el siglo XVI hasta nuestros días en la Alcazaba y restos arquitectónicos y otros vestigios del propio carácter diseminados en su ámbito.
No poco ha contribuido a desprestigiar nuestras antigüedades romanas y por ende la opinión que seguimos, la funesta intervención de Flores, Medina y Conde y otros de este jaez, en las excavaciones de la Alcazaba en el siglo pasado; desvirtuando con sus falsedades interesantes inventos y deteniendo la marcha regular de los trabajos de exploración, que hubieran facilitado los medios de aclarar cuestión tan debatida. Pero la sana crítica jamás confundió los objetos verdaderos con las torpes obras de los falsarios; y aún en la célebre causa promovida con motivo de tales imposturas, se hace constar de modo claro y terminante, que entre las ruinas del antiguo edificio se encontraron los objetos indubitadamente romanos, de que dejamos hecho mérito.”
“Juzgamos ser bastantes los datos apuntados para poder asegurar que hubo un pueblo romano en la demarcación de las antiguas parroquias de S. José, S. Miguel y S. Nicolás. Cuál fuera este pueblo, claramente lo pregonan diez de las veintidós inscripciones auténticas registradas en la Alcazaba: la antigua ciudad ibera de Iliberri, que bajo el dominio romano fue Municipio Florentino Iliberritano, acuñó monedas desde su más remotos tiempos hasta el de los godos y donde se celebró el importante Concilio del siglo IV”.


ARQUEOLOGÍA GRANADINA.
(Artículo Obra dispersa)
Manuel Gómez-Moreno González.

“Notorio fue hace poco tiempo (noviembre de 1902) el hallazgo de una antigua sepultura al abrir los cimientos de la casa que en la Gran Vía construye D. Francisco Jiménez Arévalo…””…Una caja de chapa de plomo contenían los restos humanos, y la parte correspondiente a la cabeza estaba situada al N.E.De los huesos extraídos, algunos están bien conservados y otros deshechos a causa de la humedad sostenida por el limo que lo envuelve…la persona allí sepultada era un hombre y de mediana estatura a juzgar por la forma y dimensiones de los huesos…Parece que no se encontró objeto alguno con los huesos…””…con tales antecedentes puede afirmarse que la sepultura corresponde al período romano de nuestra historia y podría determinarse aproximadamente la época a que pertenece, por la analogía que tiene con la otra encontrada por los años 1876 en el Molino del Rey, cerca de la cual había dos inscripciones sepulcrales iguales, cuyo carácter epigráfico pertenece al siglo II de Jesucristo.””…El otro hallazgo del que hicimos mención se reduce al hecho de haberse encontrado dos monedas antiguas…Una de ellas corresponde a las latinas de la antigua ciudad Iliberri…el reverso leva la triquetra, tipo simbólico del sol adoptado en una serie de las monedas iliberritanas. De la triquetra sólo se distingue claramente la cara y una sola pierna y alrededor de ve FLO…N…A, únicas letras que restan de la leyenda FLORENTIA, apelativo que los romanos aplicaron a Iliberri por lo ameno y fértil de su suelo.”

DEL LUGAR DONDE FUE ILIBERIS
Eguílaz y Yanguas, Leopoldo.


“Andan discordes los pareceres en cuanto a su reducción y asiento. Quienes, guiados por la omonimia entre los vocablos Iliberis y Elvira, pretenden que estuvo situada en las vertientes meridionales de Sierra-Elvira; entre los lugares de Atarfe y Pinos-Puente (antiguo municipio Ilurconense), donde hubo en la época árabe una población llamada Elvira. Quienes, por el contrario, sostienen con muy apretadas razones que ocupó el perímetro de la Alcazaba Cadima de Granada, donde en los comienzos del siglo XVI se hallaron sendas inscripciones con el nombre de Municipium Florentinum Iliberritanum. Partidario yo de esta última opinión, después de haber profesado la contraria, me propongo justificar mi juicio, no ya esforzado las razones que produjeron mi convencimiento, cuya exposición es objeto del admirable libro ..”

Y termina: “Damos, con lo expuesto, por terminadas nuestras demostraciones. Seguros estamos, que a pesar de ellas quedará el ánimo de los que sostienen la opinión contraria tan inquebrantable como si no las hubiéramos escrito. ¡Qué importa! Desde Andrea Navaghiero, el espíritu escéptico de ciertos arqueólogos viene repitiendo que las inscripciones encontradas en el siglo XVI en el atrio de la gran basílica iliberitana, han podido ser trasladadas a la alcazaba Cadima desde el inmediato pueblo de Atarfe, sin otra raz´pn que la de ser este un sitio cercano. Contra este supuesto, siguen protestando la invención en el centro de la gran ciudad de aquellos enormes cipos, y en letras grandes, galladas y elegantísimas, los sendos epígrafes en que se lee: Municipium florentinum iliberritanum”.


ANEXO CITAS AUTORES ANTIGUOS.

IBN AL-JATIB: Garnata y Agarnata, nombre agemí, capital de la cora de Elvira, fue llamada el Xam del Andaluz. Elvira es aquella ciudad de la cual pasó la soberanía a ella (a Granada) el año 400 de la hegira.
“Los habitantes de Elvira se trasladaron a Medina Garnata en los días de la guerra civil de los berberiscos, año 400 de la hegira y siguientes, convirtiéndose aquella en la Hadira o capital del distrito.”

AL-IDRISI: “..en la almedina de la provincia era antes Elvira, cuyos habitantes, desierta ésta, se trasladaron a Granada que convirtió en medina habas el Sinhachi”.
AL-MAQQARI: “Y fue Elvira la Almedina antes de Granada, pero cuando el Sanhachi reparó al Granada, su alcazaba y sus muros, se trasladó el pueblo a ella”.

IBN HAYYAN :"la ciudad de Elvira se llamó antiguamente Castilia, y sabido es que alcanzó gran nombradía, que se halló en el estado más floreciente, que sus habitantes gozaron de riqueza y prosperidad, de su antigua grandeza dan testimonio las ruinas y restos de sus edificios que aún subsisten.....el tiempo no cesó de espantar a los moradores de esta ciudad y sus casas fueron decayendo de día en día”.

LUIS MÁRMOL DE CARVAJAL: “…los moros llaman la sierra donde fue esta ciudad de Eliberia Gebel Elbeira, que quiere decir sierra desprovechada o de poco fruto, porque no tiene agua ni leña ni aún yerba,

FRANCISCO SIMONET : “…no conviene sacar de aquí la consecuencia de que esta ciudad ocupaba el asiento de la antigua Iliberi. Muchos sabios han emitido esta opinión, y en otros tiempos yo mismo he participado de ella; más de la misma manera que ha sido repudiada por un sabio arqueólogo, Mr Hubner, que estaba en el mismo caso, yo la repudio a mi vez. En los hechos que he presentado nada hay que pueda autorizar tal conclusión, sino al contrario. El verdadero nombre de la ciudad era castilia y no Iliberi; llamósela Hadhira Ilbiera porque (según es notorio) el nombre de Ilbira se había extendido a toda la provincia, y después por abreviación Ilbiera; más esta última denominación es truncada e inexacta”.

ANDREA NAVAGIERO, en “Viaje por España”: “Dicho día fuimos a Pinos Puente, que hay a tres leguas; en el camino, antes de llegar a este pueblo, en la falda de un monte a mano derecha, se ven ruinas y vestigios de una ciudad que se cree fue la antigua Iliberis, y ahora la llaman Granada la Vieja; piensan otros que Iliberis estuvo donde ahora está Granada, porque en ella se encuentran inscripciones donde se nombran los iliberitanos, pero han podido llevarse de un lugar tan vecino”.


LUIS DE MÁRMOL Y CARVAJAL en Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada : …“los moradores de los lugares comarcanos se fatigan en vano, cavando en ellos, pensando hallar tesoros, y han hallado allí medallas muy antiguas de tiempos de gentiles”.
“Elvira es nombre corrompido al gusto de nuestra lengua vulgar”, dice Mármol en su obra ya citada,” porque los moros llaman la sierra donde fue esta ciudad de Eliberia Gebel Elbeira, que quiere decir sierra desprovechada o de poco fruto, porque no tiene agua ni leña ni aún yerba. Otros la llaman sierra de los Infantes, porque á un lado della, en la parte de Granada, junto á un lugar que llaman el Atarjé, tuvieron asentado su real los infantes don Juan y don Pedro, su sobrino, hijo y nieto del rey don Alfonso el Sabio”.


BIOGRAFÍA.

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-Barrios Rozúa, Juan Manuel. Guía de la Granada desaparecida. Ed. Comares, Serie Granada. Granada. 2006.
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-Sotomayor, Manuel. Historia de la Iglesia en España. La iglesia en la España romana y visigoda. Pp. 89-103.
-Sotomayor, Manuel. Paseos interactivos por Granada, nuevos paseos por Granada y sus contornos (edición electrónica).


OTROS
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-Méndez, Francisco. Noticias de la vida y escritos del RMO. P. FR. Henrique Florez.
-Página web de Atarfe.es Sociedad del conocimiento.
-Razón del Juicio de Juan de Flores cuyos fragmentos fueron extraídos de distintos libros ya citados.


ARTÍCULOS.

-Espinar Moreno, Manuel; Quesada Gómez, Juan José y Amezcua Pretil, José. Medina Elvira. Los primeros descubrimientos de Sierra Elvira. Materiales para el estudio de la arqueología granadina. Granada.
-Gómez- Moreno Gonzalez, Manuel. La alcazaba y Arqueología granadina. Obra dispersa. Compilación y estudio preliminar Javier Moya Morales. Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez Acosta. Granada 2004.
-La excavación en El Sombrerete abre el proyecto “La ciudad de Madinat Ilbira”. Arqueología medieval. com.
-La exégesis como instrumento de creación cultural. El testimonio de las obras de Gregorio de Elvira.
-Ofila Pons, margarita y P. Ripollés, Pere. La emisión con leyenda Florentia y el tesoro del Albaicín.
-Sotomayor, Manuel y Orfila, Margarita. Un paso decisivo en el conocimiento de la Granada romana (Municipium Florentinun Iliberritanum)
-Velázquez Lasanta, Fernando Nicolás. Dos nuevos monumentos de la antigüedad en Granada. Un circo romano y una basílica visigoda.

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